jueves, 2 de julio de 2015

UNA IMPRUDENTE APROXIMACIÓN A LA GÉNESIS DE LOS VALORES HUMANOS (Parte I)

 Idea de la génesis del los valores.

Comúnmente cuando alguien habla de valores con frecuencia surgen conceptos como la amistad, el respeto, la compasión, el amor, entre muchos otros; pero qué es un valor o cómo catalogar algo como un valor. Desde que la humanidad existe esta ha depositado un afecto en todo aquello que encuentra o funcional o bien atractivo para sí, es decir, históricamente la humanidad se ve afectada por aquello que, del entorno, considera importante.


Por ejemplo, una lanza en la época de los neandertales resultaba útil para varias funciones, esencialmente funcionaba para cazar sus presas, pero incluso podía ser útil para defenderse de animales u otra tribu que lo amenazaba; esto significó para ese primitivo ser humano que su lanza era valiosa por el simple hecho de serle útil, creando así un vínculo afectivo y significativo.


Este precario ejemplo describe la relación afectiva que los humanos tienen con su entorno y como depositan un valor en las cosas; el valor que se asigna a los objetos del entorno depende de la funcionalidad, el significado y el tiempo. 

Con respecto a la funcionalidad de un objeto con valor, se refiere a que tan efectivo y útil puede ser algo para sus vidas, en el ejemplo de la lanza es clara la función de defensa o ataque en cacería y por ende el valor de esta adquiere. 

El significado de lo que se considera valioso, depende de las características -reales o imaginarias- que el ser humano le atribuye a las cosas, un guijarro puede resultar inútil o intrascendente en alguien, sin embargo si este guijarro es de un color diferente a otros y también se le asocia con poderes especiales, por lo tanto este objeto adquiere un valor significativo. 

Y el tiempo es un elemento característico de algo valioso porque puede enfatizar su utilidad y su significado en la medida que trasciende de generación en generación, si retomamos el ejemplo de la lanza, cuando esta pasa de una generación a otra, ha adquirido un significado especial por haber sido útil en cacería y posiblemente también ha adquirido poderes especiales como la suerte o un alma propia. 

Estas tres características conjuntas convencen al ser humano de que lo valioso tiene la propiedad de ser algo que único que existe en el entorno y al mismo tiempo forma parte del mismo ser humano.


Hipotéticamente la evolución de los valores corresponde a una relación directamente proporcional a la evolución del ser humano, es decir, en la medida que el hombre comprende su influencia en el entorno al tiempo que comprende la influencia del entorno en él, el concepto del valor se modifica. Por lo tanto, esto significa que los valores no son estables ni perpetuos sino que se modifican y cambian en la medida que el hombre interactúa con su entorno.

Las lanzas no son valiosas hoy en día entre las personas, porque han perdido dos de sus características de valía, la funcionalidad y el significado, sólo ha conservado su característica temporal, por lo que conservan grado de valía en un museo de historia natural o antropología, pero fuera de ese entorno son completamente inútiles.


¿Qué ocurre entonces con los valores inmateriales como la amistad, el respeto, la compasión? El análisis de estos valores es mucho más profundo y complejo porque no son objetos del entorno a los cuales se les asigna un significado y una utilidad. Estos valores, enteramente humanos, también tienen su origen en la antigüedad, posiblemente incluso al tiempo que la famosa lanza adquirió un valor. 

Al ser considerado el hombre un ser social por supervivencia, la convivencia genera afectos en los otros, si mantenemos el ejemplo del neandertal en cacería, la comunicación, la interacción y el apoyo en grupo para conseguir un objetivo, detona afectos relacionados con significados; sentirse apoyado, sentir que el resto de la manada humana obedece o sentirse comprendido, impacta en su consciencia que, por consecuencia, genera significados y valores.


La amistad no dista demasiado de aquella primitiva convivencia entre cazadores, en la actualidad muchas de las características de aquello que consideramos amistad comparten lazos evolutivos en la humanidad, como por ejemplo, el apoyo ante dificultades o para alcanzar metas, la capacidad de compartir experiencias, creencias, ideas, creaciones o incluso compartir características en común.


Sin embargo, hipotéticamente, también los valores humanos comparten la relación directamente proporcional de los valores materiales en la medida que evoluciona la humanidad. Esto quiere decir que, igual que los valores materiales, los valores humanos pierden sus características de funcionalidad, significado y temporalidad.

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