miércoles, 23 de marzo de 2011

Imprevisibilidad: Psicología del caos

La tierra era caos, confusión y tinieblas…
Génesis
El caos es todo aquel proceso de la realidad, en el cual dependen un enorme conjunto de circunstancias inciertas que determinan cualquier pequeña variación en algún punto de un sistema, que posteriormente genere un efecto considerable en otro punto. La idea de caos en la psicología implica, que el observador no es quien crea la inestabilidad o la imprevisibilidad, sino ellas existen de por sí mismas.
El ser humano está organizado biológicamente de manera caótica; por ejemplo, el cerebro y sus conexiones neuronales, las ramificaciones en los pulmones, las venas y arterias que recorren todo nuestro cuerpo, entre otras estructuras. En la naturaleza encontramos una situación tan similar como significativa, los ríos, arboles, copos de nieve, e incluso el camino que las hormigas crean para recorrer su hábitat, todos estos ejemplos poseen el mismo patrón basado en el caos.
El caos no es desorden, como la mayor parte de las veces es considerado, palabra caos deriva del griego, Χάος que se refiere a lo impredecible, y es uno de los principales conceptos del Cosmos. Caos deriva de la raíz ghn o ghen del lenguaje protoindoeuropeo que significa "hueco", "muy abierto".
¿Cuál es el motivo de correlacionar la teoría del caos en el campo de la psicología?, una respuesta tentativa es observar la incapacidad de la humanidad de no poder predecir ni el comportamiento ni los pensamientos menos aun las emociones humanas; incluso en corrientes como la psicología, la cual ha tenido la enorme necesidad de comprender al ser humano en su totalidad, tarea en extremo compleja, los psicólogos han tenido curiosidad por conocer y hacer conjeturas de “lo que el hombre puede llegar a realizar”, sin embargo, cabe decir que esta tarea ha tenido un éxito limitado. Con lo anterior quedaría poca curiosidad, o por lo menos, escaza esperanza en querer conocer al ser humano, ya que, por muchos esfuerzos que realizamos, nunca llegáramos a comprenderlo del todo. Justamente esa última idea es maravillosa; porque sería insípido  poder comprender al ser humano en su totalidad,  nuestras metas y/o investigaciones perderían significado y sentido; el caos nos exhorta y nos motiva a poner especial atención en los cambios impredecibles, cambios minúsculos, cambios que provocan permutaciones magnas “los aleteos de una mariposa en un extremo del mundo generan un huracán en el extremo opuesto, “el efecto mariposa”. Imaginemos por un momento esta compleja idea aplicada en los seres humanos; los pequeños cambios generan acciones a mayor escala, un pequeño cambio de hábito,  un cambio en el comportamiento, en las rutinas, en las ideas y en los pensamientos.
Anteriormente el paradigma mecanicista Newtoniano, donde todo funcionaba como una maquinaria donde una acción tenían una consecuencia, un acto y un efecto. El problema con este paradigma radica en que difícilmente el ser humano “funciona” de esta forma, el ser humano no es una complicada maquinaria que puede reducirse o fraccionarse en partes; concebir al ser humano como una serie de causas y efectos, lo lleva a un estado de dirección lineal. En contraste, la multi-causalidad es vista desde ciencias de orden social, como la antropología, la historia, la sociología y por supuesto psicología; las formas multi-causales se retroalimentan en pequeñas y más pequeñas escalas (fractales, siguiendo la línea de la explicación caótica), son las formas simples que dan origen a la complejidad [Multi-Causa-Multi-efecto-Multi-causa], Pasar de lo simple a lo complejo y todo esto generado por un pequeño cambio en el albedrio humano, mismo que fue originado por un cambio previo; así, la complejidad emerge de manera espontanea; el comportamiento y el pensamiento humano se ajustan y se configuran de acuerdo a este sistema evolucionando así de un organismo simple a uno complejo,
¿Cómo incidir en este proceso desde una postura psicológica?, promoviendo el cambio, y su potencial novedad. Es inevitable cambiar, la diferencia radica en la posibilidad de elegir cada punto de partida de manera consciente y novedosa, estamos condenados a elegir, porque somos libres, parafraseando Jean P. Sartre, filosofo existencialista; elegir de manera consciente puede producir un comportamiento complejo, aunque impredecible, cabe destacar. Cada elección que se tome en el presente tiene múltiples consecuencias, que a su vez, generarán nuevas y múltiples elecciones, ambas, de naturaleza retroalimentaría. La consciencia o no consciencia en las elecciones que se toman en el presente son las que guían el camino de la existencia humana, cambio y crecimiento se retroalimentan. El devenir del proceso humano es constante y no es posible detenerlo, mucho menos controlarlo; este devenir, no solamente se da a nivel individual, sino que tiene consecuencias sociales; nunca se repite en las mismas condiciones y ciertamente tampoco en las mismas circunstancias. No es posible conocer lo que ocurrirá en el futuro, y esto nos coloca en un situación neuróticamente angustiante; no sólo queremos recordar y evaluar las acciones que tomamos en el pasado, sino que también queremos cuidar las acciones que tomamos en presente, y si lo anterior no bastara, queremos predecir, medir y calcular el efecto que estas acciones tendrán en el futuro.
En conclusión, durante mucho tiempo se han querido controlar, medir, cuantificar, evaluar y analizar los procesos de desarrollo y cambios en el ser humano. El hombre es un ser tanto simple como complejo, que toma determinadas acciones en su vida, las cuales provocan consecuentemente nuevos e impredecibles cambios, que son retroalimentados para generar nuevamente otras acciones, que son, por su misma naturaleza, impredecibles, este proceso obedece a la teoría del orden y el caos. Si la naturaleza y su organización tienen un origen simple que deriva en lo complejo y posteriormente en patrones caóticos que se retroalimentan de manera impredecible; la naturaleza humana se regirá bajo este mismo principio. Fluir con el caos es inevitable, porque nos permite tener la paradójica certeza de saber que ocurrirá algún cambio en nuestras vidas, pero que al mismo tiempo desconoceremos que es eso que ocurrirá.

5 comentarios:

  1. Lo impredecible algo propio de lo oculto, de lo que aun no sucede o bien está sucediendo y que se empieza a develar. No creo que el hueco sea aquello que determina al humano. Los huecos tienen una función pero no es la de mostrar el vacío sino más bien de que no existen los huecos a mi parecer. Las cosas se crean no hay huecos que rellenar.

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  2. Yo creo por el contrario, que los "huecos" son lo mas importante, el vacio fértil, donde surge la maravilla.

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  3. ¿y qué pasaría si no lo vieras desde la gestalt? ¿desde donde más puedes ver los huecos?

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  4. Los huecos estan en todas partes, algunos son espacios donde puede haber algo, algunos son espacios donde no tiene que haber nada, y otros son espacios donde antes habia algo. La Gestalt da una visión del vacio como un espacio fértil. En la naturaleza el vacio es la contraparte de lo lleno, todo en esta vida tiene un opuesto, y éste último no tiene porque ser "malo" como se pensaría.

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  5. El vacío no es la ausencia de algo.Lo lleno y lo vacío pueden ser como cíclico uno necesita al otro en el caso de haber movimiento. Y claro que no es "malo" ni "bueno" simplemente es proceso. El espacio no es necesariamente fertil sino más bien me recuerda la parabola del sembrador y creo que de eso dependen muchas cosas. Por otro lado lo vacío como contraparte de lo lleno lo veo como metáfora de la nada y el algo...claro que eso es desviarse del tema de la gestalt.

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