miércoles, 8 de junio de 2011

ASUNTOS INCONCLUSOS

Un asunto inconcluso, como es conocido en Gestalt, son aquellos contenidos en los cuales quedó pendiente algo, por ejemplo, una despedida, algo no dicho a alguien o, incluso, una necesidad aplazada. Existen otro tipo de estados, llamados situaciones inconclusas, y son aquellas cosas en las cuales, voluntariamente, se han dejado de hacer cosas, ya sea por falta de interés, por miedo, comodidad o apatía. Ambos, tanto situaciones inconclusas como asuntos inconclusos, pertenecen a lo que la psicoterapia Gestalt antigua conoce como “Los tres Demonios” dentro de los cuales pertenecen los introyectos y las experiencias obsoletas, en este artículo tomaré como similares los asuntos y las situaciones inconclusas.

Me refiero con psicoterapia Gestalt antigua al estilo de psicoterapia Gestalt que trabaja desde una visión intrapsiquica, es decir, una mirada donde el foco de atención se encuentra en el paciente la mayor parte del tiempo, ¿Por qué es antigua esta visión? debido a que la psicoterapia partió en inicio con esta mirada, y me refiero a la psicoterapia desde todas sus disciplinas como el psicoanálisis, sistémica, o conductismo; teniendo al paciente como prioridad, como su esencial foco de atención, ya sea trabajando con asuntos relacionados a su pasado, resistencias, patologías, conductas, formas de relacionarse, entre otras, la psicoterapia ha centrado su atención en el paciente exclusivamente.

La Gestalt, inicialmente, partió desde esta visión intrapsiquica, sin embargo, también tiene otra visión que hace de la Gestalt una psicoterapia revolucionaria, una visión de campo. El concepto campo-individuo-entorno, pertenece a una época postmoderna, donde el individuo y el entorno están relacionados, no existe nada que no tenga una influencia directa con su medio y que este medio a su vez, no sea influenciado directamente por los individuos en el.

Esta perspectiva –la perspectiva de campo- es lo que en esencia es Gestalt, partiendo incluso desde el origen de la palabra y como se le proporcionó este nombre a esta psicoterapia. Gestalt es una palabra de origen alemán que no tiene una traducción directa al español, sin embargo puede llegar a entenderse como configuración, forma, estructura, o una entidad completa y total. La psicoterapia Gestalt heredo el nombre de la psicología de la Gestalt, esta estudia los fenómenos de percepción, dice que los seres humanos percibimos el mundo como una totalidad, no como parcialidades o fragmentos, esta totalidad está ligada a significados. Configuramos la realidad en la medida que le damos un significado, teniendo en cuenta, posteriormente, que nosotros participamos en la configuración de esta realidad, somos influenciados e influimos en la realidad.

Sin lo anterior no podemos entender que son, o no son, los asuntos inconclusos; la gente ha pensado y creído en los asuntos inconclusos durante mucho tiempo, y las personas que se dedican a la psicoterapia Gestalt, desde una perspectiva intrapsiquica, lo han creído, incluso, como una parte importante dentro de su trabajo terapéutico.

Sin embargo el análisis que hago ahora sobre los asuntos inconclusos, es que, en realidad, no existen, son la ilusión de una realidad que no se quiere vivenciar; creer que existen cosas que han quedado pendientes y que nuestra salud mental está relacionada a eso que sucedió en el pasado, “allá y entonces” implica creer que venimos “arrastrando” algo que no se concluyó, algo que, de alguna forma, quedo “abierto”.

¿Por qué no existen los asuntos inconclusos? me remito a la postura postmoderna de la Gestalt, donde el concepto de campo-individuo-entorno es medular para la psicoterapia; éste concepto de campo tiene cinco principios, en los cuales uno de ellos, implica la contemporaneidad, que significa que todos los campos son presentes. Ni pasado, ni futuro existen, el pasado fue y dejó de existir, y el futuro que aun no llega y por lo tanto tampoco existe; en ese caso el único tiempo disponible es la realidad presente e inmediata, recordamos el pasado o prevemos el futuro ahora.

Como es posible hablar de Gestalt, que significa esencialmente estructura, o entidad completa, cuando hablamos de algo inconcluso ¿no es incongruente hablar de una “Gestalt inconclusa”? lo paradójico es hablar de algo completo/incompleto.

Esto implica que los asuntos del pasado, que al parecer, “no tuvieron una conclusión” de hecho la tuvieron, concluyeron de alguna u otra forma; aunque no de la forma que esperábamos o queríamos que concluyeran.

Ahora bien ¿Qué ocurre entonces con aquellas experiencias que creemos inconclusas, aquellas que traemos a la memoria y a nuestra vida cotidiana? Fueron experiencias que tuvieron su inicio y su final, un final no esperado por nosotros, un final inadecuado a nuestras expectativas, pero que de alguna forma u otra concluyó. Son experiencias que constantemente intentamos cerrar o concluir de la forma que nos hubiera gustado, de la forma más agradable como por ejemplo, los rompimientos amorosos, las pérdidas, lo que llegamos a callar, o llegamos a expresar sin haber querido, entre muchas otras experiencias más, fueron situaciones que intentamos dar un “final feliz” dentro de nuestras mentes, sin saber o darnos cuenta que ya han concluido y pertenecen a un pasado inmutable.

¿Cómo concluir algo que ya no existe? ¿Qué es lo que en realidad angustia al paciente de ese pasado? ¿Será la incapacidad de hacer algo por eso que ahora es inexistente? Fritz Perls -el padre de la Psicoterapia Gestalt- da una connotación a estos mal llamados asuntos inconclusos, él los llama asuntos irracionalizados, situaciones que sólo en el presente el paciente puede encontrar sentido e implica concientizar al paciente de que eso, que ocurrió “allá y entonces”, en un pasado remoto e inexistente, finalizó; la labor terapéutica consiste en centrarlo en la experiencia presente, siendo el mismo terapeuta un instrumento de actualización con el paciente.

La inclusión del terapeuta como parte del campo del paciente es lo revolucionario en la psicoterapia Gestalt, antes, -y en ocasiones ahora- el terapeuta induce una secuencia de imágenes o fantasías guiadas, del asunto inconcluso pasado, dirigiendo al paciente a cerrar o concluir aquel asunto, trayendo al consultorio, de manera imaginaria, por ejemplo a personas con las cuales no se pudo despedir o personar fallecidas, con el fin de hablar con ellas, o mencionar algo de lo que al paciente le hubiera gustado decir en ese momento.

Personalmente difiero de esa forma de trabajo, porque  en mi opinión, el paciente imagina como es que hubiera cerrado un asunto pasado de la manera que más le hubiera gustado; sin embargo racionalizar de manera presente lo que ocurrió en realidad, implica aceptar que el pasado es inmutable e imposible de cambiar, que la oportunidad de cambio esta solamente disponible en el presente.

Cuando el terapeuta, por ejemplo, le menciona al paciente la distancia que siente con respecto a su paciente cada vez que este ultimo habla de aquello que fue, propone una forma de ajustar la realidad, explicitando al paciente que aquello que trae del pasado es una forma de evitar vivir el presente, o quizá una forma de victimización por aquello que le ocurrió. Son tantas las formas con las cuales utilizamos el pasado para evitar el presente, que en psicoterapia la labor del terapeuta es incluirse como esa realidad que el paciente, y la gente en general pretenden evitar.

1 comentario:

  1. Hola, German, felicidades por tu interesante articulo de los asuntos inconclusos. Se que lo estas enfocando desde la teoria de campo, sin embargo, visto desde la sincronizacion podriamos ver algunos aspectos de manera diferente. Finalmente, la teoria de la sincronizacion se refiere a un campo aun mas amplio, infinito , que actua fuera del espacio, el tiempo y la causalidad, por tanto, no se puede decir que hay pasado, presente y futuro, como tu lo marcas. Esa seria la manera de cerlo desde una mente circunscrita, la cual, como menciona Chopra, esta confinada a latemporalidad y es, por tanto, limitada. Actua en el tiempo, el espacio y la causalidad. A lo que quiero llegar es a defender la cuestion de los asuntos inconclusos. Si nos ubicamos desde este paradigma atemporal, claro que es posible, a traves del trabajo simbolico, transformar la realidad del "pasado", pues ese pasado sigue existiendo en la experiencia aqui y ahora, es parte del campo, el cual, como ya dije, no esta circunscrito ni limotado por el tiempo. Y la persona, al cambiar sus significados, claro que puede transformar su experiencia actual, a eso yo lo llamaria cerrar un asunto inconcluso. El mismo Goodman lo dice en terapia Gestalt, en el presente, no dejan de existir las entidades de las etapas anteriores, no muere la infancia o la adolescencia, siguen formando parte de lo que somos ahora. No estoy de acuerdo en lo que comentas de que el paciente, necesariamente lo use para victimizarse, es, desde su consciencia y la manera en que significa sus experiencias que siguen pendientes de una resolucion. En la medida en que los ayudemos a ver otras posibilidades de significar aquello, podran "cerrar" esa experiencia y esa energia, estara resuelta la necesidad que, aunque del pasado es o esta presente, y una vez resuelta, hacer contacto con nuevas experiencias. Un saludo, Luis Fernando Martinez.

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